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sábado, 19 de noviembre de 2011

Leyendo a Victor Hugo....

Traigo hoy a mi blog uno de los poemas más bonitos que de vez en cuando me gusta volver a releer y perderme en sus versos para saborearlos, porque no se puede pasar la vista simplemente por encima de ellos.
Fueron escritos por un  genio de las letras del  siglo XIX, el gran Victor Hugo, que abarcó todos los campos literarios , pero que fué lírico antes que nada.
Quizás algunos piensen que el poema tiene aires un poco "machistas", por la manera en que habla de la mujer, a la que sublima. Pero pensemos en los años que separan a las mujeres de Victor Hugo de la época en que a nosotras, como mujeres, nos ha tocado vivir. Entonces ni siquiera existía la palabra "machista", el hombre y la mujer tenían identidades completamente distintas, y la sociedad de entonces nada tiene que ver con la nuestra.   
Francamente a mí el poema me parece de una belleza extraordinaria. Ya me direis que opinais vosotros.



                                                           

El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer es el más sublime de los ideales.


Dios hizo para el hombre un trono;para la mujer,  un altar.
El trono exalta; el altar santifica.

El hombre es el cerebro. La mujer, el corazón.
El cerebro fabríca la luz; el corazón produce el Amor.
La luz fecunda. El amor resucita.


El hombre es fuerte por la razón. La mujer es invencible por las lágrimas,
La razón convence; las lágrimas conmueven.


El hombre es capaz de todos los heroísmos. La mujer de todos los martírios.
El heroísmo ennoblece. El martírio sublima.


El hombre tiene la supremacía. La mujer, la preferencia.
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el derecho.


El hombre es un genio. La mujer, un angel.
El genio es inmensurable. El angel, indefinible.

La aspiración del hombre es ser la Suprema Gloria. La aspiración de la mujer es la 
Virtud Extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.


El hombre es un código. La mujer, un evangelio.
El código, corrige; el evangelio, perfecciona.


El hombre, piensa. La mujer, sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar, es tener en la frente una aureola.


El hombre, es un océano; la mujer es un lago.
El océano, tiene la perla que adorna.El lago, la poesía que deslumbra.


El hombre es el águila que vuela. La mujer, es el ruiseñor que canta.
Volar, es dominar el espacio. Cantar, es conquistar el alma.


El hombre es un templo. La mujer, es el sagrario.
Ante el templo, nos descubrimos. Ante el sagrario, nos arrodillamos.


En fín....
El hombre está colocado donde termina la tierra. La mujer,donde comienza el cielo.



¡ERAN OTROS TIEMPOS.....Y HAY QUE LEER AL POETA, NO AL HOMBRE!


3 comentarios:

  1. Para mí es sublime el plano en el que nos coloca el autor a las mujeres.Pienso que al hombre lo coloca en un plano mas racional,mientras que a nosotras nos eleva a lo idealizado de la psique.No es machismo,no conocía la palabra,ni falta que le hacía,es precioso,para pensar y disfrutar de los silogismos.

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  2. Olá Rosi, você está bem?
    Obrigada pelo carinho nos comentários.

    Quanto ao poema acima é simplesmente maravilhoso, intenso e delicado. Amei.

    Cuide-se bem Rosi
    fique na paz do Senhor.
    bjs

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  3. Rosi,me encanta esta entrada,que antes no vi porque me fuí el 17 de noviembre por asuntos familiares y he vuelto el 24.
    Creo que estos pensamientos de Victor Hugo son dignos de copiarlos y tenerlos siempre en cuenta.Efectivamente, ambos,hombre y mujer nos complementamos,sin duda alguna.
    Mi felicitación por esta maravilla que elegiste.
    Mi abrazo inmenso y gracias por avisarme,amiga.
    M.Jesús

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